No recuerdo exactamente la fecha, pero
estimo que debo haber tenido unos cuatro o cinco años, estaba impaciente
sentado en el living de mi casa esperando que vengan mis abuelos de Córdoba que
venían de visita. Cuando escuche estacionar afuera el Taunus modelo 78 que
había traído a los viejos a casa. Siempre venían con regalos sus visitas, algún
juguete o ropa cuando no tenía tanta suerte. Esta vez fue algo distinto, mi
abuelo tenía un paquete finito en una bolsa, yo no entendía nada, y en ese
momento no creo a ver estado muy contento con lo que se venía. Era un libro, un
librito con un cassette, era un cuento, con su respectiva versión en audio, de
“El libro de la selva”. Ciertamente no creo haberle prestado mucha atención. Yo
todavía era chico, leía muy rudimentariamente, el cassette fue fundamental para
esta parte. Me pasaba tardes enteras escuchándolo mientras leía el libro,
terminaba con los dedos acalambrados de tanto rebobinar el cassette con una
birome. Creo que ni siquiera mi abuelo era consciente de la puerta que me había
abierto.
El siguiente libro que recuerdo que me
impacto, una “tía del corazón” me regaló “El principito”, y en la dedicatoria
ya anticipaba “Verás que esta historia la redescubrirás en distintas etapas de
tu vida”, y fue tan acertada en su dedicatoria, este libro me marco mucho
porque es el que verdaderamente hizo que me enamorase de la lectura.
La serie Harry Potter de J.K. Rowling
fueron libros también que marcaron mi vida de lector, dado que la serie fue muy
larga y me acompaño en diversas etapas, eran de fácil lectura y atrapante,
generalmente en dos días terminaba cada libro.
En mi colegio tuve la suerte de
participar de un programa de lecturas extensivas, eran obligatorias y con
exámenes de cada libro, pero para mí eso estuvo muy lejos de ser una carga.
Gracias a este programa pude conocer obras como “Un embrujo de cinco siglos”,
“El extraño caso de Dr. Jekyll y Mr. Hyde”, “Mi planta de naranja lima”, “Las
crónicas de Narnia”, “La odisea”, “La Ilíada”, “Cyrano de Bergerac”, “Romeo y
Julieta”, “Los árboles mueren de pie”, “Estudio en escarlata”, entre tantos
otros.
Luego llego hasta mis manos, de parte
de un amigo muy querido que ya no está, el siguiente libro: “Crónicas del ángel
gris” de Alejandro Dolina, las historias del autor me hicieron crecer
literariamente, y como con “el principito” durante los años sucesivos seguí
volviendo al libro redescubriendo aspectos que me sirvieron para diversos
momentos de mi vida y al cual sigo recurriendo para releer y rever historias.
Hoy en día, me considero un adicto a la
lectura, me encanta interiorizarme en la propuesta de cada libro, y me interesa
casi todo, desde ficción hasta filosofía, soy un lector muy curioso diría, si
tengo que etiquetarme de alguna forma.
Por último me gustaría agregar un
pensamiento, la gente en general debería leer más, creo que es la forma más
fácil de crear un pensamiento independiente y alimentar y cultivar el alma, los
libros siempre te dejan algo, por muy poco que sea.